Según los que saben, la cosmovisión es la forma en que cada cultura ve y percibe al mundo que lo rodea, su noción del espacio y del tiempo. Cada cosmovisión tiene su paradigma, su idea central que es base de todo su sistema de pensamiento.
La cosmovisión occidental nos dice que el hombre, el individuo, es el centro del universo, la medida de todas las cosas que nos rodean, y que el individuo crea cultura para dominar la naturaleza y extraerle todo lo que necesita no sólo para vivir, sino para acumular. Esta cosmovisión se basa en la razón por encima de todas las otras facultades mentales, y su forma de conocimiento es analítica, es decir que descompone cada cosa o proceso en sus componentes, los aísla y así cree que ha conseguido llegar a la suma del conocimiento. La razón analiza, ordena, clasifica y subordina otras formas de percepción, como la intuición, la premonición, el sentimiento, la voluntad. Fruto de la razón es también la inteligencia técnica, que desarrolla la ciencia y la tecnología hasta permitir que el hombre no sólo domine a la naturaleza sino que la agote y la destruya para acumular. Tal es el paradigma del capitalismo, el producto más importante de la cosmovisión occidental. Pero el socialismo históricamente existente, por ejemplo el de la antigua URSS y de los países de Europa Oriental, participa de ese mismo paradigma, que consiste en el desarrollo de la inteligencia técnica, de la ciencia y la tecnología y de la explotación industrial de la naturaleza hasta agotar sus recursos. Por eso tanto el capitalismo como el socialismo de Occidente destruyen el medio ambiente, provocan con la industria la emisión de gases tóxicos, agotan los recursos naturales y están provocando hoy el cambio climático, que amenaza destruir el planeta. Esta es la consecuencia de creer que el hombre es el centro del universo.
La cosmovisión andina, muy parecida a la de civilizaciones originarias y más antiguas que la de Occidente, como la hindú, la azteca, la maya y la incaica, no cree que el hombre sea el centro del universo. En realidad, no cree en el universo, sino en el multiverso: el centro de toda la naturaleza es la Madre Tierra y el Cosmos, que contienen todas las cosas, incluido el hombre y la mujer, e interrelaciona todas las cosas, entre las cuales el hombre y la mujer son un elemento más. Esta concepción no da carta blanca al hombre, menos al individuo, para dominar, agotar y destruir la naturaleza; al contrario, como es sólo parte de ella, debe vivir en armonía con la Madre Tierra y el Cosmos, cuidando todo lo que le rodea y usando los recursos que necesita para vivir bien, no para acumular, menos para hacer fortuna agotando y destruyendo la naturaleza. En esta cosmovisión, más importante que el individuo es la comunidad, la identidad comunitaria, colectiva. Como el hombre no puede vivir aislado y debe asociarse a sus semejantes para sobrevivir, la Cosmovisión Andina rescata la sociedad, la comunidad, la identidad colectiva antes que la existencia del individuo. Así el individuo aprende a respetar a sus semejantes, a vivir en armonía con la naturaleza, a ser un elemento más de la Madre Tierra y del Cosmos y a integrarse a ese ritmo cósmico de vida.
El autor es cronista de la ciudad
Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20150319/que-es-una-cosmovision_295041_651082.html
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